DEMOGRAFIA DE LA EXTINCION
https://aesteladodelmediterraneo.wordpress.com/2024/10/21/after-the-orgy-demografia-de-la-extincion/
«Si las cunas están vacías, la nación envejece y decae.»
(Benito Mussolini)Las cunas de los países del norte del mundo están vacías desde hace tiempo, y lo estarán cada vez más por una serie de motivos que vale la pena conocer.
Más del 50% de la población mundial vive en países con tasas de natalidad inferiores a dos hijos por mujer. Como consecuencia, en todo el norte del mundo la población disminuye y tiende a envejecer. Los demógrafos prevén que esta tendencia no se limitará al norte, sino que arrollará también el sur del mundo.
La población del planeta se multiplicó por cuatro durante el pasado siglo, pasando de dos a ocho mil millones, pero es probable que durante el siglo XXI tenga lugar el proceso contrario: la población podría reducirse con la misma velocidad con que se ha expandido.
Con una diferencia decisiva: la mayoría de la población en expansión, naturalmente, era joven, inquieta, proclive a la expansión y la conquista.
La mayoría de una población en contracción es necesariamente anciana. Y como ya hoy podemos ver en las sociedad europeas, una población senescente, privada de energía e imaginación, teme el futuro y percibe lo que ocurre a su alrededor como una amenaza de invasión; y por ello reacciona rabiosamente, usando las herramientas de que dispone, que no son aquellas propias de la energía psicofísica, sino las de la técnica. Una población anciana tiende a proteger sus haberes (aunque sea una mísera pensión obtenida cuando aún existía el derecho a la pensión), en contra de una población joven y extranjera que resulta indispensable para la población anciana, pero que es percibida como un peligro para la redistribución de los recursos.
Por estos motivos los europeos son cada vez más abiertamente racistas.
No por razones ideológicas (por eso todo el mundo os dirá: no no, yo no soy racista), sino por razones psicopatológicas. La demencia senil (egoísmo, victimismo, fobia a lo imprevisto, miedo agresivo a la muerte) es la fuerza impulsora de la monstruosa entidad política que sigue llamándose Unión Europea, heredera de cinco siglos de colonialismo de los que nadie quiere asumirse la responsabilidad.
¿Pero por qué el declive demográfico representa una tendencia irreversible, a pesar de las limosnas con que los charlatanes que gobiernan pretenden comprar el vientre de las mujeres?
La primera causa es la caída de la fertilidad masculina debida a la difusión de los microplásticos. Recientes investigaciones (de las que habla un reportaje de la BBCque incluye entre otras cosas un vídeo de Shanna Swan, autora del libro Count Down) demuestran cómo las moléculas liberadas por el plástico y absorbidas por el organismo han producido y siguen produciendo una disfución hormonal que desactiva la capacidad reproductiva.
Niveles decrecientes de testosterona y reducción de la velocidad del esperma han llevado a una reducción de la fertilidad masculina que, según Shana Swan, es del 58% en los últimos cuarenta años.
Puesto que la producción de plástico no está disminuyendo (en 2023 batió todos los récords), tenemos que prever que la reducción de la fertilidad continuará, tendiendo hacia el cero absoluto.
Al mismo tiempo (la segunda causa), la frecuencia de las relaciones sexuales ha disminuido de forma drástica: distintos investigadores (Spiegelhalter, 2015; Jean Twinge, 2018; Luigi Zoja, 2022) coinciden en que se está produciendo una mengua de la frecuencia de los encuentros sexuales entre humanos.
En cierta medida, se trata de un efecto de la reducción de testosterona, pero sobre todo de un efecto de la virtualización conectiva: creo que es posible hablar de sublimación virtual consecuente a la hipersemiotización del deseo. Además, la pandemia viral hizo que precipitara una tendencia que desde hacía tiempo se estaba manifestando: la sensibilización fóbica a los labios, al sexo y al cuerpo ha quedado profundamente anidada en el subconsciente colectivo de la generación que, no por nada, se autodefine como «última».
Una tercera causa de la desnatalidad —quizás la más interesante— es de orden cultural, o más bien psicocultural. La conciencia femenina (y sobre todo el inconsciente femenino) se sintoniza con una percepción distópica del futuro que invade el imaginario contemporáneo, orientándose hacia la no generación de víctimas del infierno climático y militar que se dibuja en el horizonte.
Para acabar, tenemos que tener en cuenta que este tipo de procesos se autoalimentan. Cuando la tasa de fertilidad baja por debajo del umbral de reproducción durante un periodo prolongado, el número de mujeres en edad reproductiva se reduce respecto a la población general, al mismo tiempo que aumenta progresivamente el número de viejos infecundos.
Por eso, la decisión del gobierno italiano de repartir generosamente mil euros a las parejas que tengan un hijo (no a todas, claro está) no es sino un patético intento de llenar las cunas con treinta monedas. Es un intento destinado a no tener efecto alguno, porque las dinámicas biopolíticas escapan al control de la voluntad política.
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Empiezo aquí la publicación de una serie de ensayos breves dedicados a la tendencial desaparición de la sexualidad reproductiva en la especie humana.
El primero considera los efectos psicoestéticos de la inserción de lo inorgánico en el continuum existencial y sexual.
El segundo tiene que ver con la mutación postcarnal del imaginario y el comportamiento de la generación conectiva.
El tercero examina la Hipersemiotización del deseo.
El cuarto narra parte de las obras literarias feministas dedicadas al rechazo intencionado o no intencionado de la reproducción en condiciones de tristeza generalizada.
Estos ensayos saldrán en IL DISERTORE en las próximas semanas.
Gracias por la atención.
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La inserción de lo inorgánico
«In the midst of the orgy a man whispers in a woman’s ear: what are you doing after the orgy?»
(Jean Baudrillard, Art Forum, October 1983).En su libro sobre el inconsciente maquínico (L’inconscient machinique, 1978), Guattari reflexiona sobre la inserción de la máquina en el flujo del lenguaje y el régimen de deseo.
«Le sujet et la machine sont indissociables l’un de l’autre.»
(L’inconscient machinique, 1978, pág. 165)Guattari propone considerar la inserción de la máquina en el funcionamiento del inconsciente. La inserción de la máquina informática en la producción lingüística y de la electrónica en el circuito de la relación entre cuerpos ha reconfigurado el deseo; su formación y expresión.
La máquina que hoy se infiltra en los circuitos de la imaginación, el lenguaje y la sexualidad ya no es aquella pesada y humeante máquina industrial, sino la invisible y proliferante máquina electrónica. No ya una máquina, sino una concatenación recombinante.
En La sociedad de los simulacros (1980), Mario Perniola escribía:
«El simulacro es una imagen sin prototipo, la imagen de algo que no existe […] El concepto de simulacro implica el rechazo de un prototipo […] Este se conecta con las técnicas de reproducción industrial de la imagen.»
Unos años más tarde, en un libro de 1993, Mario Perniola hablaba de la inserción de lo inorgánico en el circuito del deseo y el placer: El sex appeal de lo inorgánico. Lo inorgánico se inserta en el ciclo fluido del inconsciente deseante a través de la simulación electrónica compartida, hasta hacer posible la transmisión a distancia del estímulo neuroperceptivo.
Pero la inserción de lo inorgánico produce un efecto asintótico en el ciclo placer-deseo. Una asíntota es una figura geométrica en que la línea curva se acerca cada vez más a la línea recta, sin llegar nunca a alcanzarla. En la relación fluida entre cuerpos físicos en movimiento en el espacio y el tiempo, lo inorgánico introduce una discontinuidad inasimilable. El erotismo de los cuerpos que se tocan, se huelen y se confunden deja paso a la excitación sin orgasmo de lo inorgánico. Electrocución permanente.
«El erotismo es el campo en el que seres discontinuos expresan su nostalgia por la continuidad», escribe Dominic Pettman en un libro titulado After the orgy, Towards a politics of exhaustion (SUNY, 2002), pero la inserción de lo orgánico (lo discreto, lo separado, lo digital) renueva infinitas veces el impulso y lo reenvía infinitas veces, sin oler ni tocar, esto es, sin acceder a la dimensión del continuum erótico. La repetición continua del estímulo y su ubicuidad provocan una excitación ininterrumpida, pero el orgasmo tiende a hacerse inaferrable. La excitación se renueva continuamente sin alcanzar el placer.
Baudrillard fue el primero en intuir esa tendencia que acompaña a la inserción de lo inorgánico: una sexualidad sin límites, pero también sin referentes. Una suerte de electrocución permanente hacia la que el cuerpo es atraído.
«[…] a body with neither organs nor organ pleasures, entirely dominated by gash marks, cut-outs, and technical scars—all under the sign of a sexuality that is without referentiality and without limits.”
(Jean Baudrillard: Two Essays, trans. Arthur B. Evans, Science-Fiction Studies 18 (Nov. 1991): 309–20).En unos meses saldrá con la editorial inglesa The Repeater un libro de Adam Jason titulado The New Flesh, el cual trata precisamente ese tema: el desarrollo de nuevos órganos en la práctica de la conexión constante:
«[…] the phone can function as an extension of their body’s operative functions. It can augment their eyes, through which they achieve the memory of events through the camera. It extends their memory as the planner and database (in the minimally functional sense of storing and reminding rather than memory proper). It can even provide an ontological sense of security to the self when the self has fed totally into the account, the profile, the online image and its ‘content’.»
(Adam Jones: The New Flesh: Life and Death in the Data Economy, The Repeater, pag. 7).La nueva carnalidad de la que habla Adam Jones va más allá de la distinción entre real y virtual: la dependencia de la prótesis electrónica lleva a vivir experiencias parecidas a la que personas que han perdido un miembro conocen como «miembro fantasma».
«[…] the phenomenon of the phantom limb, where one feels pain in an absent arm or leg, for example. Phantom phenomena are already present in the New Flesh when habituated to communicative activity, when conditioned to always being attached to a receiver.»
La filósofa y psicoanalista Catherine Malabou habla de una nueva cartografía de nuestro ser físico. Se puede decir que la generacion que ha crecido dentro del ambiente conectivo no ha adquirido prácticamente ninguna cartografía de sí mismo que no sea una cartografía virtual. Es en ese contexto de mutación antropológica, perceptiva y cognitiva donde hemos de tomar en consideración una mutación profunda de la sexualidad humana: drástica reducción de la frecuencia de contactos físicos, pérdida de la capacidad de distinguir entre percepción física y estimulación virtual, disforia generalizada, anorexia sexual.
Los efecto de excitación ininterrumpida y asintotización del placer dependen de la intensificación asintótica del ciclo estímulo-respuesta, y provocan un agotamiento del organismo psíquico colectivo.
La orgía de la aceleración (hiperestímulo) provoca un rápido declive de la energía, una desconexión del deseo del placer y, al final, una condición de depresión generalizada.
En las décadas de los 80 y los 90 el arte quedó fascinado por la inserción de lo inorgánico (pensemos en Stelarc, Françoise Orlan y, en general, el ciberarte). También el pensamiento filosófico sufrió esa fascinación cuando la cibercultura se consolidó como proyecto tecnopolítico progresivo y liberatorio.
Esa fascinación se ha disuelto a medida que la utopía postcarnal se ha hecho realidad.
En el libro Carnal thoughts, Vivian Sobtchak le da la vuelta a la cuestión, y muestra la otra cara de la excitación tecnófila.
Vivian Sobchak sufrió en sus carnes la inserción de lo orgánico: tres operaciones quirúrgicas consecutivas, la amputación de una pierna y la sustitución de la pierna por una prótesis.
«I actually became a techno-body and experienced the assorted dimensions of prosthetic pleasure. After recurrences of the cancer and three surgeries, my left leg was amputated high above the knee and I learned to use—and enjoy—a prosthetic replacement.»
(Vivian Sobchak, Carnal Thoughts, pág. 168)Desde su punto de vista, Sobchak ridiculiza el erotismo tecnófilo que, entre los 80 y los 90 recorrió, como un perverso escalofrío, el pensamiento y el arte, y que sigue haciéndolo en algunas posiciones del aceleracionismo.
La inserción de lo electrónico en el ciclo del deseo ha llevado a un agotamiento de la energía erótica, así como de la sociabilidad.
Solo el dolor parece capaz de despertar al organismo de su letargo hiperconectivo.
En su crítica a Baudrillard, Vivian Sobchak escribe:
«There is nothing like a little pain to bring us back to our senses, nothing like a real (not imagined or written) mark or wound to counter the romanticism and fantasies of technosexual transcendence that characterize so much of the current discourse on the techno-body that is thought to occupy the virtual cyberspaces of postmodernity.»
El dolor atestigua la existencia del otro y la existencia de nuestro cuerpo como otredad. El dolor es el regreso de la historia, de su innegabilidad, de su tozuda verdad: es la historia que hiere, devolviendo al cuerpo descarnalizado su imborrable carnalidad.
«As Jameson reminds us: “History is what hurts. It is what refuses desire and sets inexorable limits to individual as well as collective praxis.” And what hurts forcibly remands us to our immanence, to the real, and to the physical necessity, if not the ethical mandate, of our inherent “response-ability. I live this thigh—not abstractly on “the” body but concretely as “my” body. Thus, sharp pain, dull aches, and numbness (which, after all, is not not-feeling but the feeling of not-feeling), the cold touch of technology on my flesh, were distractions from my erotic possibilities, and not—as Baudrillard would have it—erotically distracting.»
En estas palabras de Sobchak se resume —creo— la parábola que nos ha llevado de la excitación aceleracionista de los años 80 y 90 al agotamiento que se manifiesta en las formas de vida del nuevo siglo, y que alcanzó su plena evidencia en los años de la pandemia: psicodeflación, relajación de una tensión creciente que había caracterizado la inflación por hiperactividad, y que llegado a un cierto punto encontró su límite, su abismo, su más allá: el virus, el dolor, la muerte.
Tras la orgía de décadas en que la economía neoliberal y la tecnología digital habían provocado una aceleración de la producción, el consumo y, sobre todo, de la circulación semiótica y la estimulación erótica electrónica, el organismo consciente colectivo entró en una fase depresiva de la que, por lo que parece, nada podrá despertarlo.
El escarabajo amarillo
Naturalmente, existe una relación (íntima) entre el declive de la energía sexual, especialmente de la heterosexualidad, y el derrumbe de la natalidad, el cual se presenta como una de las tendencias más relevantes del siglo XXI.«El escarabajo amarillo australiano Julodimorpha bakewelli manifiesta una atracción fatal por las botellas de cerveza. En las últimas décadas, distintos biólogos han observado que los machos de la especie rechazan la cópula con las hembras de escarabajo en su hábitat natural, prefiriendo la superficie lisa, luminosa y orgánica del vidrio marrón de las botellas abandonadas. Según los científicos, se trata de una auténtica “trampa evolutiva”: en lugar de actuar en pos de la procreación de la especie, los insectos acaban por disipar toda su energía sexual sobre un objeto extraño y sintético.»
(Laura Tripaldi: Sesso supernormale, NOT, traducción propia)Sobre el tendencial agotamiento de la reproducción humana actúan otros aspectos, por encima de todo la indecible, inconfesable e irreprimible conciencia de que el experimento humano se ha acabado. Quizás el experimento humano consiga seguir adelante transfiriendo la memoria al autómata cognitivo dotado de capacidad de elaboración inteligente. O quizás lo hará (como en el famoso Cuento de la criada de Margaret Atwood) gracias a la reproducción técnicamente asistida. Reproducir la vida sin las mujeres es la utopía del dominio total transhumano, porque significa, por fin, evacuar la vida de la vida, y por tanto hacer finalmente posible la matematización del lenguaje y de lo social.
Pero quizás la nada sea mejor.
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WHAT AM I DOING?
https://www.diario.red/opinion/franco-berardi-bifo/que-estoy-haciendo/20241017191121036971.html
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copertina dell’edizione giapponese di IL TERZO INCONSCIO
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FIRST RESIDENT AT ISLAND SCHOOL OF SOCIAL AUTONOMY
Matko Šišak (ZMAG)
Announced as First ISSA Resident!
https://issa-school.org/news/green-network-of-activist-groups-zmag-announced-as-first-issa-resident/
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DEEP DARK WATERS
The Scottish rock band Primal Scream’s “Deep Dark Waters“, whose frontman Bobby Gillespiebelongs to the co-founders of ISSA, are releasing their first new alboum in eight years. Now they have shared its second single, the protest song “Deep Dark Waters” inspired by Franco “Bifo” Berardi, also one of our initial and longterm co-conspirators.
https://issa-school.org/news/deep-dark-waters-inspired-by-bifo/
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https://issa-school.org/library/video/thinking-after-gaza/
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edizione kazaka de Il TERZO INCONSCIO
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un articolo di Raptus Norvegicus (Pino Nicolosi) sulla manipolazione dell’affettività, e la creazione di protesi tecno-affettive.
https://centroriformastato.it/robot-servaggio/
QUIT EVERYTHING edizione inglese di DISERTATE
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GOLEM
una poesia (maravillosa) di Jorge Luis Borges
Si (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de 'rosa' está la rosa
y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'.
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.
Adán y las estrellas lo supieron
en el Jardín. La herrumbre del pecado
(dicen los cabalistas) lo ha borrado
y las generaciones lo perdieron.
Los artificios y el candor del hombre
no tienen fin. Sabemos que hubo un día
en que el pueblo de Dios buscaba el Nombre
en las vigilias de la judería.
No a la manera de otras que una vaga
sombra insinúan en la vaga historia,
aún está verde y viva la memoria
de Judá León, que era rabino en Praga.
Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dio a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,
la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
de las Letras, del Tiempo y del Espacio.
El simulacro alzó los soñolientos
párpados y vio formas y colores
que no entendió, perdidos en rumores
y ensayó temerosos movimientos.
Gradualmente se vio (como nosotros)
aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.
(El cabalista que ofició de numen
a la vasta criatura apodó Golem;
estas verdades las refiere Scholem
en un docto lugar de su volumen.)
El rabí le explicaba el universo
"esto es mi pie; esto el tuyo, esto la soga."
y logró, al cabo de años, que el perverso
barriera bien o mal la sinagoga.
Tal vez hubo un error en la grafía
o en la articulación del Sacro Nombre;
a pesar de tan alta hechicería,
no aprendió a hablar el aprendiz de hombre.
Sus ojos, menos de hombre que de perro
y harto menos de perro que de cosa,
seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.
Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
ya que a su paso el gato del rabino
se escondía. (Ese gato no está en Scholem
pero, a través del tiempo, lo adivino.)
Elevando a su Dios manos filiales,
las devociones de su Dios copiaba
o, estúpido y sonriente, se ahuecaba
en cóncavas zalemas orientales.
El rabí lo miraba con ternura
y con algún horror. '¿Cómo' (se dijo)
'pude engendrar este penoso hijo
y la inacción dejé, que es la cordura?'
'¿Por qué di en agregar a la infinita
serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
madeja que en lo eterno se devana,
di otra causa, otro efecto y otra cuita?'
En la hora de angustia y de luz vaga,
en su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?
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quarta di copertina DISERTATE, edizione TIMEO
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